DIA DE LA SANTA CRUZ

Hoy, 3 de maYo, la Iglesia celebra la fiesta de la santa cruz cientos de países de habla hispana se suman a la celebración católica del Día de la Santa Cruz. No obstante, muchos creyentes y ciudadanos que no hacen parte de la Iglesia desconocen a qué hace referencia esta festividad, por eso aquí queremos contarte por qué es tan importante esta fecha para la Iglesia Católica y para sus fieles.

El Día de la Santa Cruz busca recordar el lugar en donde murió Jesús (una cruz de madera). Además, dicen que se celebra desde el siglo IV, cuando encontraron en Jerusalén la cruz en donde Jesús había muerto.

“En esta fecha se celebra la exaltación de la Santa Cruz, la cual es una celebración muy antigua y que recuerda el momento en el que recuperaron las reliquias de la cruz de Cristo, que estaban en manos de los Persas”


HISTORIA

Zozemeno, San Crisóstomo y San Ambrosio, entre otros sabios de la antigüedad, afirman que Elena de Constantinopla viajó al Monte Gólgota, en la ciudad de Jerusalén, con el apoyo de su hijo, el emperador Constantino.

En este sitio histórico para la religión católica –después de excavaciones– Elena encontró tres cruces: dos de ellas eran de Dimas y Gestas, los ladrones que murieron, respectivamente, a la derecha y a la izquierda del nazareno, y la tercera era la de Cristo.

“Para saber cuál de las tres correspondía a la de Jesús, Elena decidió tocar a una mujer mortalmente enferma con las tres cruces sucesivamente. Las dos primeras no le causaron ninguna impresión, pero cuando fue tocada por la tercera cruz, se puso de pie, curada milagrosamente, de esta manera se dieron cuenta de que la Santa Cruz había sido encontrada”, se lee en un documento del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI).

En aquella ocasión también se dice que Santa Elena, Macario, obispo de Jerusalén, y miles de devotos llevaron la cruz en procesión por las calles de esa ciudad, donde encontraron a una mujer viuda que llevaba a su hijo a sepultar. Cuando le acercaron la Santa Cruz al hijo muerto, éste resucitó.

Una gran parte de esa cruz se encuentra hasta la fecha en la Basílica de la Santa Cruz en Jerusalén (Roma), edificada para resguardar una de las reliquias más veneradas de la religión católica.



COMO INICIO LA CELEBRACION DE LA SANTA CRUZ?


La tradición de Celebrar a la Santa Cruz en nuestro país, data de los primeros años de la Evangelización y fue impulsada inicialmente por Fray Pedro de Gante. El misionero llegó a Nueva España hacia 1523; luego la costumbre fue promovida por otras órdenes religiosas, como los 12 franciscanos que llegaron un año después.

En tiempos prehispánicos, la cruz fue representada en estelas, pinturas y basamentos piramidales, pero su significado tenía relación con el maíz y en la cultura tolteca con Quetzalcóatl.

Uno de los historiadores de los primeros años del cristianismo, Eusebio de Cesarea, señala que el emperador Constantino, hijo de Santa Elena, tuvo una revelación antes de la batalla contra Majencio, en el año 311 cuando se disputaban el poder.

En las vísperas de este enfrentamiento, Constantino vio una cruz luminosa en el cielo y oyó una voz que decía: “Con este signo vencerás”.

Constantino mandó poner la cruz en la bandera de su ejército y la victoria fue suya.

La publicación católica agrega que escritores muy antiguos como Rufino, Zozemeno, San Cristótomo y San Ambrosio narraron que Santa Elena luego fue a Jerusalén.

Ella acudió a buscar algunos vestigios de la pasión de Cristo y encontró algunos maderos en el Calvario un 3 de mayo.

La historia refiere que Santa Elena encontró tres fragmentos de cruces, y para saber cuál era la verdadera, imploró la salud de varios enfermos, y a través de la sanación de ellos, pudo determinar en qué madero fue crucificado Cristo.


ORACION


Dios todo poderoso

que habéis sufrido la muerte

sobre el árbol de la cruz,

por nuestros pecados,

acompáñadme,

Santa Cruz de Jesucristo,

ten piedad de mí.

Santa Cruz de Jesucristo,

rechazad de mi toda arma cortante y de fuego.

Santa Cruz de Jesucristo,

derramad sobre mi todo bien.

Santa Cruz de Jesucristo,

descartad de mi todo mal.

Santa Cruz de Jesucristo,

haced que alumbre el camino de la salud.

Santa Cruz de Jesucristo,

rechazad de mi todo atentado de muerte.

Santa Cruz de Jesucristo,

presérvame de accidentes corporales y temporales.

Que yo adore la Santa Cruz de Jesucristo por siempre;

Jesús de Nazaret crucificado, tened piedad de mí.

Haced que el Espíritu maligno y nocivo,

se aparte de mí, por los siglos de los siglos.

Amén.


LA DEVOCION DE LOS MIL JESUS


Jesús nos dice:

"Más cruel que el mayor de los tiranos es el demonio que procura subyugar el mayor número posible de almas, con astucia y engaños. El quiere tener un reino en el cual, sin ser visto, sea escuchado de buena gana y no por la fuerza, como sucede en su reinado de odio, de furor y de discordia"

Aquellas personas que vayan creciendo en santidad, Jesús les va a dar la oportunidad de poder darse cuenta cuando el sembrador de discordia se encuentra junto a ustedes. No se muestra pudiendo; sólo por orgullo y porque le conviene también permanece y actuar en lo oculto, pero se puede notar perfectamente su presencia, basta que Jesús les quiera dar ese regalo.

Al demonio se le derrota recibiendo los sacramentos, confesión y comunión con la mayor frecuencia posible y lo más importante, humildad, mucha humildad. El padre Fortea, conocido exorcista español, nos dice basta pronunciar la palabra "Jesús" y el demonio se aleja. Aquí les vamos a dejar la devoción de los mil Jesús, para que protejan sus hogares y sus familias, no se dice Jesús una vez, sino mil veces.


Cómo se rezan los mil Jesús

Esta devoción consiste en invocar el Nombre de Jesús mil veces para derrotar de las casas a las huestes del mal. Como testimonio del triunfo del bien sobre el mal se hace una cruz de madera o de ramos de olivo o utilizamos alguna que tengamos en casa.

El Nombre de Jesús significa Salvador. Éste viene del cielo. A San José se lo manifestó un ángel en sueños (cfr. Mateo 1, 21) y a la Santísima Virgen, el arcángel Gabriel en el momento de la Anunciación (cfr. Lucas 1, 31-33).


El poder de intervención y la majestad de este Nombre es milagroso, porque está sobre todo nombre y ante el cual se arrodilla todo ser, en los cielos, en la tierra y en los infiernos. Para venerar este Nombre Sagrado, se hace un altar pequeño, con una cruz en el medio, dos velas, flores y un poco de agua bendita.



Podemos rezar los mil Jesús de la siguiente manera:

Nos persignamos. Por la señal de la Santa Cruz...

En silencio pedimos la gracia que se quiere.


Rezamos el Acto de Contrición

Acto de Contrición:

Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Tú quien eres y porque te amo sobre todas las cosas, me arrepiento de todo corazón de todo lo malo que he hecho y de todo lo bueno que he dejado de hacer, porque pecando te he ofendido a Ti, que eres el sumo bien y digno de ser amado sobre todas las cosas.


Ofrezco mi vida, obras y trabajos en satisfacción de mis pecados. Propongo firmemente, con la ayuda de tu gracia, hacer penitencia, no volver a pecar y huir de las ocasiones de pecado, hacer una buena, sincera y profunda confesión (sin omitir ningún pecado cometido) y comulgar con la mayor frecuencia posible. Señor, por los méritos de tu pasión y muerte, apiádate de mí, y dame tu gracia para nunca más volverte a ofender. Amén.


Rezar el Padrenuestro.


Al empezar la decena se dice:

“Santísima Cruz, mi abogada has de ser, en la vida y en la muerte me has de favorecer. Si a la hora de mi muerte el demonio me tentare, le diré: Satanás, Satanás, conmigo no contarás ni tendrás parte en mi alma, porque dire mil veces Jesús”.



Se pasan todas las cuentas del rosario diciendo Jesús, Jesús, Jesús... (50 veces) y cuando haya terminado de contar un rosario completo se dice un Gloria, un Padrenuestro y la oración final.

Cuando se hayan contado los 20 rosarios, se terminan los mil Jesús.


Oración final:

Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos, que, por tu Santa Cruz, redimiste al mundo.

Jesús, Jesús, Jesucristo.

Jesús, mi Jesús por siempre.

Jesús, Jesús en mi vida, Jesús, Jesús en mi muerte.

Dulce Jesús, sé mi Jesús y sálvanos.


Oremos

Oh, Dios, que, al recordar hoy el descubrimiento de la verdadera cruz, renovaste los milagros de tu pasión, concédenos que por el valor de aquel sagrado leño de vida alcancemos eficaz socorro y ayuda del cielo para la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.

Amen.



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