Primera lectura


Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo 2,1-8:


Ante todo recomiendo que se hagan peticiones, ora ciones, súplicas y acciones de gracias por todos, sin distinción de personas; por los reyes y todos los gobernantes, para que podamos llevar una vida tranquila y en paz, con toda piedad y dignidad.

Esto es bueno y agrada a Dios, nuestro Salvador, pues él quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. Dios es único, y único también es el mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús, que en el tiempo fijado dio el testimonio: se entregó para rescatar a todos. Este es el mensaje del que Dios me ha hecho predicador y apóstol —yo no miento y es pura verdad—: enseño a las naciones en forma creíble y sin errores.

Quiero, pues, que en todo lugar donde los hombres estén orando levanten al cielo manos limpias de todo enojo y discusión.


Palabra de Dios.



Salmo


Sal 27, 2. 7. 8-9

R/. Bendito el Señor, que escuchó mi voz suplicante