DIA 17

El Espiritu Santo reposa en el Mesías en siete formas

El Espiritu Santo reposa en el Mesías en siete formas


ME GUSTARÍA ESCRIBIR un libro algún día titulado: Versículos de la Biblia que no entiendo. ¡Hay más de estos de los que me gustaría que usted supiera! Pero voy a tratar con algunos versículos ahora que no comprendo completamente. Este es uno de ellos: “Gracia y paz a ustedes de parte de aquel que es y que era y que ha de venir; y de parte de los siete espíritus que están delante de su trono” (Apocalipsis 1:4). Mi dilema está arraigado específicamente en la curiosa frase “siete espíritus que están delante de su trono”. Se encuentra tres veces más en el libro de Apocalipsis: 3:2; 4:5; y 5:6 No soy el único que está perplejo con esta frase. Considere a los traductores, para empezar. La RVR 1960 dice “los siete espíritus de Dios”. La NBLH dice “los siete Espíritus de Dios”. La NTV dice “el Espíritu de siete aspectos” con una nota al pie: “En griego (los siete espíritus)”. ¿Qué se supone que significa esta frase? Una sugerencia es que los siete espíritus son siete ángeles. Los ángeles son “espíritus dedicados al servicio divino, enviados para ayudar a los que han de heredar la salvación” (Hebreos 1:14). El problema con esta perspectiva es que hay una fórmula Trinitaria implícita en Apocalipsis 1:4-5: “Gracia y paz a ustedes de parte de aquel que es y que era y que ha de venir; y de parte de los siete espíritus que están delante de su trono; y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de la resurrección, el soberano de los reyes de la tierra”. En medio de la referencia explícita al Padre y al Hijo está la frase “siete espíritus que están delante de su trono”. Usted habrá observado que mucho de este libro devocional explora las diferentes manera en que el Espíritu Santo está activo en el Antiguo Testamento.


Así que cuando uno llega a Isaías 11:1-3, en el que se puede ver claramente la referencia al Espíritu Santo, nota que el Espíritu está vinculado al Mesías: “Del tronco de Isaí brotará un retoño; un vástago nacerá de sus raíces” (v. 1). Isaí es el padre de David. Esto muestra que el Mesías vendría de la línea davídica. Luego siguen siete maneras en las que se menciona el Espíritu Santo: “El Espíritu del Señor reposará sobre él: espíritu de sabiduría y de entendimiento, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor del Señor” (v. 2). Esto es lo más cerca que puedo llegar para entender las cuatro referencias a los siete espíritus de Dios en el libro de Apocalipsis.


1. El Espíritu del Señor. Esta es una referencia a la unción general sobre Jesús. Él mismo citó Isaías 61:1-2: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, a pregonar el año del favor del Señor” (Lucas 4:18-19). La misión de Jesús es descrita a mayor detalle en Isaías 42:1-7.


2. El Espíritu de sabiduría. Cuando uno tiene en mente que Jesús tenía al Espíritu Santo sin restricción (Juan 3:34)—esto significa que tenía todo lo que hay de Dios—uno puede entender por qué nunca hizo un comentario fuera de lugar ni pisó en falso. Silenció a los fariseos, al igual que a los saduceos (Mateo 22:34-46).


3. El Espíritu de entendimiento. Moisés pidió conocer el “camino” de Dios (Éxodo 33:13, RVR 1960). Jesús entendía total y perfectamente los caminos del Padre. No solamente entendió al Padre y su propósito, sino que Jesús también comprendió a la humanidad; conocía a la gente: cómo pensaba y dónde estaba lastimada. De hecho, Él conocía “el interior del ser humano” (Juan 2:25).


4. El Espíritu de consejo. Isaías llamó a Jesús “Consejero admirable” (Isaías 9:6). Un abogado da asesoría, consejo. El consejo de Jesús venía libre de honorarios y siempre era lo que la gente necesitaba, ya fuera decirle a Nicodemo que quien no “nazca de nuevo” no puede ver el reino de Dios (Juan 3:3) o no condenar a la mujer descubierta en adulterio, sino decirle que dejara su vida de pecado (Juan 8:11). ¿Lo que usted necesita es dirección? Jesús siempre supo cuál era el siguiente paso hacia adelante; él sabe exactamente qué hacer ahora.


5. El Espíritu de poder. Jesús tenía poder para sanar toda enfermedad y dolencia, para perdonar pecados, para echar fuera demonios, para levantar al discapacitado, para detener una tormenta con su sola palabra, para predicar y enseñar. ¡No solo eso, sino que de hecho se resucitó de los muertos! “—Destruyan este templo—respondió Jesús—, y lo levantaré de nuevo en tres días” (Juan 2:19). También aseguró poder escatológico: porque a todo el que crea en el Hijo “lo resucitaré en el día final” (Juan 6:40).


6. El Espíritu de conocimiento. Este conocimiento de Jesús se reducía esencialmente a una cosa: Completamente conocía la voluntad del Padre. Esto incluía conocimiento teológico, histórico, cosmológico y antropológico; era el único teólogo perfecto. Significaba el conocimiento de qué decir y qué hacer; todo lo que hizo y dijo era dirigido por el Padre desde lo alto y era llevado a cabo perfectamente (Juan 5:19).


7. El Espíritu de temor del Señor. Jesús no tenía miedo del Padre; no tenía miedo de nada ni de nadie. Esto se refiere a la obediencia total a la Ley y los profetas. Los que verdaderamente temían al Señor honraban la Ley y los profetas. Jesús fue la única persona que guardó la Ley perfectamente. Él prometió “darle cumplimiento” a la Ley y los profetas (Mateo 5:17), y lo hizo; pudo decir al final “todo se ha cumplido” (Juan 19:30).


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