Primera lectura


Lectura del libro de Isaías 45, 6c-8. 18. 21b-25


Para que todos sepan, del oriente al poniente,

que nada existe fuera de mí.

Yo soy Yavé, y no hay otro más;

yo enciendo la luz y creo las tinieblas,

yo hago la felicidad y provoco la desgracia,

yo, Yavé, soy el que hace todo esto.

Que los cielos manden de lo alto, como lluvia,

y las nubes descarguen la Justicia.

Que se abra la tierra y produzca su fruto,

que es la salvación,

y al mismo tiempo florezca la justicia,

porque soy yo, Yavé, quien lo envió.

Sí, así habla Yavé, Creador de los cielos,

— pues El es Dios,

que ha formado y hecho la tierra,

— pues El le puso cimientos:

No dejé la confusión, sino que la hice habitable,

— pues yo soy Yavé y no hay otro;

¿Quién había anunciado estas cosas

y las había publicado desde hace tiempo?

¿No he sido yo, Yavé?

No hay otro Dios fuera de mí.

Dios justo y Salvador no hay fuera de mí.

Vuélvanse a mí para que se salven,

desde cualquier parte del mundo,

pues ¡yo soy Dios y no tengo otro igual!

Lo juro por mi Nombre,

pues de mi boca sólo sale la verdad

y si hablo, la palabra no se echa atrás:

«Ante mí se doblará toda rodilla

y toda lengua jurará por mí, diciendo:

Justicia y fuerza están sólo en Yavé.»

Vendrán a verlo muy humilditos

los mismos que se enfurecían con él,

y toda la raza de Israel conseguirá

con Yavé el triunfo y la gloria.


Palabra de Dios.



Salmo


Sal 84, 9ab-10. 11-12. 13-14

R. /Cielos, destilad desde lo alto al Justo, las nubes lo derramen.



Quiero escuchar lo que dice el Señor, pues Dios habla de paz a su pueblo y a sus servidores, «Cerca está su salvación de los que le temen y habitará su Gloria en nuestra tierra. R./


La Gracia y la Verdad se han encontrado, la Justicia y la Paz se han abrazado; de la tierra está brotando la verdad, y del cielo se asoma la justicia. R./


El Señor mismo dará la felicidad, y dará sus frutos nuestra tierra. La rectitud andará delante de él, la paz irá siguiendo sus pisadas.» R./



Evangelio del día


Lectura del santo evangelio según san Lucas 7, 19-23


Los discípulos de Juan lo te nían informado de todo aquello. Llamó, pues, a dos de sus discípulos y los envió a que preguntaran al Señor: «¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?» Los hombres, al llegar donde Jesús, dijeron: «Juan Bautista nos envía a preguntarte: ¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?»

En ese momento Jesús curó a varias personas afligidas de enfermedades, de achaques y de espíritus malignos y devolvió la vista a algunos ciegos. Contestó, pues, a los mensajeros: «Vuelvan y cuéntenle a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos se despiertan, y una buena nueva llega a los pobres. Y ¡dichoso aquél para quien yo no soy un motivo de escándalo!»


Palabra del Señor.