Primera lectura


Lectura de la profecía de Zacarías 2, 14-17


Canta, gozosa, oh hija de Sión,

pues mira que yo vengo

para quedarme contigo, dice Yavé.

En aquel día numerosas naciones

vendrán a Yavé y pasarán a ser su pueblo,

pero yo me quedaré contigo.

Yavé tendrá en propiedad

a Judá en la tierra santa

y será Jerusalén nuevamente su elegida.

Que todo ser se calle ante Yavé,

pues se levanta y sale de su Morada Santa.


Palabra de Dios.


Salmo


Sal Lc 1, 46b-47. 48-49. 50-51. 52-53. 54-55

R/. El Poderoso ha hecho obras grandes en mí: su nombre es santo.


Proclama mi alma la grandeza del Señor, y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador, R./


porque se fijó en su humilde esclava, y desde ahora todas las generaciones me llamarán feliz. El Poderoso ha hecho grandes cosas por mí: ¡Santo es su Nombre! R./


Muestra su misericordia siglo tras siglo a todos aquellos que viven en su presencia. Dio un golpe con todo su poder: deshizo a los soberbios y sus planes. R./


Derribó a los poderosos de sus tronos y exaltó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. R./


Socorrió a Israel, su siervo, se acordó de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a sus descendientes para siempre. R./



Evangelio del día


Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38


Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una joven virgen que estaba comprometida en matrimonio con un hombre llamado José, de la familia de David. La virgen se llamaba María.

Llegó el ángel hasta ella y le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» María quedó muy conmovida al oír estas palabras, y se preguntaba qué significaría tal saludo.

Pero el ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado el favor de Dios. Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, al que pondrás el nombre de Jesús. Será grande y justamente será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su antepasado David; gobernará por siempre al pueblo de Jacob y su reinado no terminará jamás.»

María entonces dijo al ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo soy virgen?» Contestó el ángel: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el niño santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel está esperando un hijo en su vejez, y aunque no podía tener familia, se encuentra ya en el sexto mes del embarazo. Para Dios, nada es imposible.»

Dijo María: «Yo soy la servidora del Señor, hágase en mí tal como has dicho.» Después la dejó el ángel


Palabra del Señor.