NOVENA AL SAGRADO CORAZON DE JESUS

Historia del Sagrado Corazón de Jesús

El Sagrado Corazón de Jesús es una devoción Católica referida al corazón de Jesucristo, como un símbolo de amor divino. La devoción al Sagrado Corazón tuvo su origen en una corriente mística centrada en la persona de Jesucristo, que concebía el corazón como centro vital y expresión de su entrega y amor total. En tal sentido, la devoción al Sagrado Corazón se refiere en particular a los sentimientos de Jesús, y en especial a su amor, según lo resume el Evangelio de San Juan así:​

Antes de la fiesta de Pas cua, sabiendo Jesús que le había llegado la hora de salir de este mundo para ir al Padre, co mo había amado a los suyos que que daban en el mundo, los amó hasta el extremo.

Evangelio de Juan 13:1

Esta devoción insta a quienes la practican a tener, en palabras de San Pablo de Tarso, «los mismos sentimientos de Cristo» (Carta a los filipenses 2:5). ​ Un número importante de congregaciones y de familias espirituales se conformaron en torno a la devoción al Sagrado Corazón.​

En el antiguo y nuevo testamento es habitual referirse a los sentimientos de Dios y de los hombres como sus corazones. En el antiguo testamento por medio del profeta Ezequiel en el capitulo 36 versículos 26 - 27:

Les daré un corazón nuevo y pondré dentro de ustedes un espíritu nuevo. Quitaré de su carne ese corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Pondré dentro de ustedes mi Espíritu y haré que caminen según mis mandamientos, que observen mis leyes y que las pongan en práctica.


Jesucristo dijo en Mateo 11: 28-30​

Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón, y sus almas encontrarán descanso. Pues mi yugo es suave y mi carga liviana.»


El papa Francisco dijo sobre este pasaje, en la Festividad del Sagrado Corazón de 2014, lo siguiente:​

Este amor, esta fidelidad del Señor manifiesta la humildad de su corazón: Jesús no vino a conquistar a los hombres como los reyes y los poderosos de este mundo, sino que vino a ofrecer amor con mansedumbre y humildad. Así se definió a sí mismo: «Aprended de mí, que soy paciente y humilde de corazón» (Mt 11, 29). Y el sentido de la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, que celebramos hoy, es que descubramos cada vez más y nos envuelva la fidelidad humilde y la mansedumbre del amor de Cristo, revelación de la misericordia del Padre. Podemos experimentar y gustar la ternura de este amor en cada estación de la vida: en el tiempo de la alegría y en el de la tristeza, en el tiempo de la salud y en el de la enfermedad y la dificultad. La fidelidad de Dios nos enseña a acoger la vida como acontecimiento de su amor y nos permite testimoniar este amor a los hermanos mediante un servicio humilde y manso.

El sacerdote Luis Alonso Schökel comenta sobre esto:​