Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 2,3-11
Vean cómo sabremos que lo conocemos: si cumplimos sus mandatos.
Si alguien dice: «Yo lo conozco», pero no guarda sus mandatos, ése es un mentiroso y la verdad no está en él. En cambio, si uno guarda su palabra, el auténtico amor de Dios está en él.
Y vean cómo conoceremos que estamos en él: si alguien dice: «Yo permanezco en él», debe portarse como él se portó.
Hijos queridos, no les escribo un mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo, el que ustedes tenían desde el comienzo; este mandamiento antiguo es la palabra misma que han oído.
Y, sin embargo, se lo doy como un mandamiento nuevo, que se hace realidad tanto en ustedes como en Jesucristo; ya se van disipando las tinieblas y brilla la luz verdadera. Si alguien piensa que está en la luz mientras odia a su hermano, está aún en las tinieblas.
El que ama a su hermano permanece en la luz y no hay en él causas de tropiezo. En cambio, quien odia a su hermano está en las tinieblas y camina en tinieblas; y no sabe adónde va, pues las tinieblas lo han cegado.
Palabra de Dios.