Primera lectura


Lectura de la profecía de Malaquías 3, 1-4. 23-24


Estoy para enviar a mi mensajero, al que despejará el camino delante de mí; pues pronto entrará en su santuario el Señor que ustedes piden. Fíjense que ya llega el mensajero de la alianza que ustedes tanto desean, dice Yavé de los ejércitos. ¿Quién podrá mantenerse en pie cuando aparezca? Pues él es como el fuego de una fundición y como la lejía que se usa para blanquear.

Purificará a los hijos de Leví y los refinará como se hace con la plata. Como el oro y la plata, volverán a ser auténticos y dignos de ofrecer a Yavé la ofrenda como es debido. Entonces Yavé aceptará con gusto la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como ocurría antiguamente, en épocas pasadas.

Les voy a enviar al profeta Elías antes que llegue el día de Yavé, que será grande y temible. El reconciliará a los padres con los hijos y a éstos con sus padres, para que, cuando yo llegue, no tenga que maldecir a este país.»


Palabra de Dios.



Salmo


Sal 24, 4-5ab. 8-9. 10 y 14

R/. Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación



Haz,