Primera Lectura
Lectura de la profecía de Daniel 5,1-6.13-14.16-17.23-28
Trajeron pues a Daniel a la presencia del rey. El rey tomó la palabra y le dijo: «¿Eres tú Daniel, uno de los desterrados que mi padre trasladó desde Judea? Me han dicho que en ti reside el espíritu de los dioses y que han notado en ti una luz, un juicio y una sabiduría extraordinarias. Después me dijeron que tú puedes interpretar y resolver los problemas. Si puedes leer lo que allí está escrito y darme a conocer su significado, serás revestido de púrpura, llevarás un collar de oro al cuello y serás la tercera persona del reino».
Entonces Daniel tomó la palabra y delante del rey dijo: «¡Guarda tus regalos o dáselos a otros! Voy a descifrar para el rey lo que está allí escrito y le daré a conocer el significado.
Al contrario, te alzaste en contra del Señor de los cielos, dispusiste que te trajeran los vasos de su Templo y han tomado vino en ellos tú, tus altos funcionarios, tus mujeres y tus concubinas. Y han bebido a la salud de sus dioses de plata y de oro, de bronce, de hierro, de madera y de piedra, que nada ven, nada entienden y nada saben. Pero tú no has glorificado al Dios que tiene tu vida en su mano y a quien pertenece todo tu destino.
Por eso fue enviada de su parte esa mano para que trazara ese escrito, y ese escrito dice: «Mené», «Téquel» y «Parsin». Ahora viene la explicación de esas palabras: «Mené»: Dios ha medido tu reino y le ha puesto fin. «Téquel»: has sido pesado en la balanza y tu peso ha resultado muy liviano. «Parsin»: tu reino ha sido dividido y dado a los Medos y a los Persas».
Palabra de Dios.
Salmo