Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 9,1-5
Quiero hablarles en Cristo; todo será verdad y no miento, tal como mi conciencia me lo atestigua en el Espíritu Santo. Siento una tristeza muy grande y una pena continua, hasta el punto que de searía ser rechazado y alejado de Cristo en lugar de mis hermanos; me refiero a los de mi raza. Ellos son los israelitas, a quienes Dios adoptó; entre ellos descansa su gloria con las alianzas, el don de la Ley, el culto y las promesas de Dios. Suyos son los grandes antepasados, y Cristo es uno de ellos según la carne, el que como Dios está también por encima de todo. ¡Bendito sea por todos los siglos! Amén.
Palabra de Dios.
Salmo
Sal 147
R/. Glorifica al Señor, Jerusalén
¡Glorifica al Señor, Jerusalén, a tu Dios alaba, oh Sión! El refuerza las trancas de tus puertas y bendice a tus hijos en tu seno; R. /