DIA 11

EL ESPIRITU SANTO FACULTA PARA LA PROFECIA

EL ESPIRITU SANTO FACULTA PARA LA PROFECIA


NUESTRO DEVOCIONAL PARA hoy es sumamente similar al anterior. La manera en que el Espíritu del Señor fue mencionado en el libro de Jueces se repite en 1 Samuel; esto es, cuando viene sobre el rey Saúl. Comenzamos con Samuel—el primer profeta importante desde Moisés—y la solicitud de Israel por un rey. Samuel les rogó que no pidieran un rey, pero cedió. Desde ese momento Samuel hizo lo mejor que pudo para encontrarles un rey. Saúl, el hijo de Quis, de la tribu de Benjamín fue escogido. Samuel le profetizó a Saúl: “Entonces el Espíritu del Señor vendrá sobre ti con poder, y tú profetizarás [ . . . ] y serás una nueva persona” (1 Samuel 10:6). Pronto después de eso “el Espíritu de Dios vino con poder sobre Saúl”, y comenzó a profetizar (v. 10). Algunos de los que lo conocían preguntaron: “¿Qué le pasa a Saúl hijo de Quis? ¿Acaso él también es uno de los profetas?” (v. 11). El rey Saúl tuvo un comienzo brillante. Se le dio gran autoridad. En una ocasión “el Espíritu de Dios vino sobre él con poder. Enfurecido, agarró dos bueyes y los descuartizó, y con los mensajeros envió los pedazos por todo el territorio de Israel, con esta advertencia:


«Así se hará con los bueyes de todo elque no salga para unirse a Saúl y Samuel ». El temor del Señor se apoderó del pueblo, y todos ellos, como un solo hombre, salieron a la guerra” (1 Samuel 11:6-7).


Pero en poco tiempo Saúl se convirtió en el “hombre del ayer”, como lo puse en mi libro La unción: Ayer, hoy y mañana. ¿Qué salió mal? En síntesis, se tomó demasiado en serio. El Dr. Martyn Lloyd-Jones solía decirme: “Lo peor que le puede suceder a un hombre es tener éxito antes de estar listo”. Ese fue Saúl. El punto de quiebre vino cuando Saúl no esperó a Samuel para ofrecer el holocausto. Así que Saúl dijo: “Tráiganme el holocausto y los sacrificios de comunión”. Entonces Saúl ofreció el holocausto; yendo a sabiendas en contra de la Escritura que estipula que solamente el sacerdote llamado por Dios puede hacer eso. Saúl lo hizo de todos modos. Entonces llegó Samuel y le dijo al rey Saúl: “¡Eres un necio!”. Todavía más: “Tu reino no permanecerá. El Señor ya está buscando un hombre más de su agrado, pues tú no has cumplido su mandato” (1 Samuel 13:9-14).


Las cosas no volvieron a ser iguales; para Saúl o para Israel. Saúl fue rechazado por Dios. El pueblo no lo sabía; solamente Samuel lo sabía. Mientras tanto, Samuel ungió al joven David (1 Samuel 16:13): el hombre según el corazón de Dios. David mató a Goliat, haciendo a Saúl enloquecidamente celoso. Además: “Saúl sabía que el Señor lo había abandonado, y que ahora estaba con David. Por eso tuvo temor de David” (1 Samuel 18:12). David tuvo que esconderse a causa de los celos de Saúl y su porfiada determinación de matarlo. Saúl estaba más preocupado por la amenaza de David que por los filisteos, el enemigo de Israel. Saúl estaba totalmente entregado en mente y corazón a deshacerse de David. Ninguna persuasión podría cambiarlo, fuera por parte de su hijo Jonatán o su hija Mical. Y ahora examinaremos un suceso sorprendente verdaderamente extraordinario. En una de sus expediciones para encontrar a David y matarlo, el rey Saúl comenzó a profetizar. Su don profético no lo había dejado. Extraño como pueda parecer: “El Espíritu de Dios vino con poder también sobre él, y Saúl estuvo en trance profético por todo el camino, hasta llegar a Nayot de Ramá. Luego se quitó la ropa y, desnudo y en el suelo, estuvo en trance en presencia de Samuel todo el día y toda la noche. De ahí viene el dicho:


«¿Acaso también Saúl es uno de los profetas? »” (1 Samuel 19:23-24).


Piense en esto. Ponga estas dos cosas juntas: Saúl profetizando y al mismo tiempo planeando matar a David. ¿Cómo es que podrían las dos coincidir? ¿Cómo es que pudo el Espíritu de Dios venir sobre un hombre con una meta tan inicua? Si el Espíritu de Dios cayó sobre David cuando fue ungido por Samuel, ¿cómo podría el mismo Espíritu de Dios caer sobre el hombre cuya sola obsesión era matar al hombre según el corazón de Dios? Usted dígame. Esto es para mostrar algunos de los misterios que rodean las manifestaciones del Espíritu Santo. Lo que es más, Saúl profetizó en la presencia de Samuel, quien acababa de ungir a David para que fuera rey. ¿Por qué Samuel no le dijo algo a Saúl? Al parecer permaneció callado.


Hay algunas cosas que suceden en la obra del Señor que no puede uno entender. La Biblia misma no trata de explicar algunas cosas. Se nos deja que “lleven a cabo” nuestra salvación con temor y temblor (Filipenses 2:12). Tomo “lleven a cabo” para significar dilucidar algunos dilemas lo mejor y tan honestamente como sepa hacerlo. Dios no nos alimenta en la boca con cada detalle que podríamos alegremente recibir. Aparentemente espera que crezcamos y lleguemos a conclusiones que nos den tranquilidad.


Hay un versículo que me da un sentido de lucidez en este tipo de temas: “Porque las dádivas de Dios son irrevocables, como lo es también su llamamiento [(sin arrepentimiento), JBS]” (Romanos 11:29). Nos guste o no, Dios da los dones—y nos permite quedárnoslos—sin importar nuestro carácter o conducta. Por eso es que algunas personas piensan que los dones tienen prioridad sobre el carácter. No estoy de acuerdo. No creo que glorifique a Dios vivir vidas privadas que ignoren la vida santa aunque nuestro don esté floreciendo.


¿Usted que dice?


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